top of page

Newsletter #40 - El biometano ya está aquí

El biometano está de moda. La inversión en este combustible sostenible parece estar marcando tendencia en este 2023. Goldman Sachs ha anunciado una inversión significativa en el sector del biometano en España. Goldman Sachs se comprometió a invertir 1.000 millones de euros en biometano durante los próximos cuatro años a través de la empresa Verdalia Bioenergy​. En una iniciativa pionera en Europa, Mapfre, en colaboración con su socio Abante e IAM Carbonzero, lanzó el fondo "Mapfre Energías Renovables II". Este fondo pretende captar 100 millones de euros y destinarlos a la construcción de 25 plantas de biometano en España, en un periodo de 5 años​. En los últimos meses, se ha observado un creciente interés en el biometano en España. Diversos fondos de inversión como los anteriormente mencionados, empresas del sector energético como Cepsa, startups y entidades financieras han reconocido al biometano como negocio viable y de gran potencial y han comenzado a invertir en él.


Pero empecemos por el principio ¿por qué? ¿Por qué tanto interés?


El biometano es un gas renovable que se produce mediante la digestión anaeróbica (sin oxígeno) de materia orgánica, como residuos agrícolas, residuos municipales, lodos de depuradoras, o residuos de la industria alimentaria. Este proceso resulta en la producción de biogás, que tras un tratamiento de purificación y eliminación de impurezas se convierte en biometano, es decir, consigo gas natural en territorio natural a partir de restos que de otra manera irían a un vertedero o al mar.


El biometano tiene una calidad y unas características muy similares al gas natural, pudiendo utilizarse para los mismos fines, incluyendo la generación de calor y electricidad y, además, puede fluir por las mismas conducciones, de hecho los generadores de biometano piden volcar su producto a la red gasista nacional, un poco como ocurre con la energía renovable, cuyos productores la vuelcan a la red eléctrica nacional (no sin esperas y tormentos varios). Es un sustituto perfecto del gas natural, de un commodity contaminante, geopolítico, y que se extrae fuera de nuestras fronteras. Digamos que el biometano, así de primeras, parece clave (es un héroe!) para cumplir con la estrategia de descarbonización europea y acabar con la dependencia del gas ruso. Todo un portento.


Según un reciente informe realizado por Sedigas en colaboración con PwC y Biovic nuestro país atesora una capacidad de generación estimada de 163 TWh de este recurso (para hacernos una idea, el consumo anual español de gas natural es de 360 TWh. Es decir, tendríamos un potencial sustitutivo del 45%. Pero claro, este potencial es el máximo, es decir, si se utilizan todos los residuos generados por la sociedad española en un año.


Este gas renovable es una alternativa prometedora sin embargo es nuestro deber señalar sus inconvenientes, siempre de cara a incentivar la solución de los mismos: Más allá de los costes de producción y de la tecnología que se irán abaratando o la calidad y pureza del combustible que se irá mejorando me gustaría centrarme en dos temas capitales: La materia prima, es decir, los residuos a partir de los cuales generamos el biometano, y las emisiones que, aunque menores que la de los combustibles fósiles, su producción y su uso no están completamente libres de ellas.


El biometano es un combustible que emite CO2 en su producción y su uso. Pero resultan casi compensadas por la materia prima que utilizan, esto se debe a que el carbono liberado durante la combustión del biometano es aproximadamente igual al carbono que las materias primas (como los residuos agrícolas o los desechos orgánicos) absorbieron del ambiente durante su ciclo de vida (cuando extraes combustibles fósiles estás trayendo de nuevo a la superficie el carbono que la Pachamama se encargó de enterrar durante millones de años para que tengamos temperaturas habitales). Además se ha evitado que el residuo vaya a un vertedero y emita metano (100 veces más potente que el CO2 en calentamiento global) a la atmosfera, lo que contribuye a reducir su impacto.


Por otro lado, esta materia prima del biometano como los residuos agrícolas, residuos municipales, lodos de depuradoras, o residuos de la industria alimentaria son:


• de logística compleja. Tan solo canalizar todos los residuos (todos) hacia las plantas de tratamiento requiere de un esfuerzo hercúleo por parte de las administraciones públicas y las empresas privadas.

• Limitados: es decir, los residuos que genera una sociedad son limitados y tal vez decrezcan en un futuro, debido a una mayor concienciación ambiental, por lo que, a priori, llegará un momento que la producción de biometano alcance un pico de producción.


Sin embargo puede haber innovación, veamos: Aunque los residuos pueden reducirse, siempre habrá cierto nivel de residuos orgánicos generados por actividades humanas. El biometano ofrece una forma eficiente de convertir estos residuos en una fuente de energía valiosa. Además, como hemos señado antes, la materia prima para el biometano no se limita a los residuos municipales, incluye una amplia gama de biomasa, como residuos agrícolas, lodos de depuradoras, y residuos de la industria alimentaria. Estas fuentes pueden continuar proporcionando materia prima para el biometano y los avances tecnológicos pueden aumentar la eficiencia de la producción de biometano y expandir las posibles fuentes de materias primas. Por ejemplo, el cultivo de algas específicas para biogás podría ser una fuente renovable y sostenible para aumentar la producción en caso de necesitarlo.


Muchos fondos están apostando por esta tecnología renovable que tiene las mismas características del gas natural (puede mezclarse con él en su infraestructura y usarse para lo mismo) y sus costes y calidad no están lejos de ser optimizados, posiblemente esta inversión sea un éxito en el corto y medio plazo, aunque vaticinamos el cuello de botella de la logística de los residuos que seguro será solucionado (nos postulamos para brainstorming y estrategia).


Para terminar no me gustaría dejar la oportunidad de enlazarlo con otro gran héroe renovable. Esta tecnología se está gestando a la par que el hidrógeno verde, aunque sin duda el biometano parece más simple, con menos retos, en el corto plazo. Ambos tienen sus ventajas y desventajas, y aunque pueden verse como rivales en ciertos contextos, también son complementarios en otros. El hidrógeno verde tiene grandes pros, es cero emisiones en producción y uso, además, como ya hemos visto en otras newsletters podría ser una solución eficaz para transportar y almacenar energía. Mientras que el biometano es ideal para integrarse en la infraestructura de gas existente y en aplicaciones de calefacción, el hidrógeno verde tiene un potencial significativo en sectores como el transporte pesado y la industria. Sin embargo, hay muchas limitaciones técnicas que complican la rapidez de consolidación del hidrógeno verde.


Por todo ello, y como conclusión, creemos que el metano será una solución en el corto medio plazo, mientras que el hidrógeno verde podría desempeñar un papel crucial a largo plazo.


Apasionante ¿Verdad?


OTRA MANERA DE HACER NEGOCIOS ES POSIBLE Y RENTABLE.

4 visualizaciones

Comments


bottom of page