Podemos considerar histórica la resolución de la COP28 celebrada en Emiratos Árabes Unidos, en Dubái. Según el New York Times, "tan solo dos palabras de las 11,000 que forman el documento final, podrían cambiar para siempre la historia de la lucha contra el cambio climático". Esas dos palabras son “combustibles fósiles”.
Pero vayamos por partes.
¿Qué es la COP?
La cumbre del clima (que este año se ha celebrado en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre) es conocida como COP porque las siglas corresponden a “Conference of the Parties” (Conferencia de las Partes), que es la reunión anual de los países miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). La COP es el órgano supremo de toma de decisiones de la CMNUCC y se encarga de evaluar y promover la implementación de la Convención, así como de actualizar compromisos climáticos y establecer nuevas metas, por consenso de casi 200 países, para combatir el calentamiento global.
Veamos cuales eran los principales objetivos de esta COP28:
Creación inmediata de un fondo de pérdidas y daños para compensar a los países más vulnerables a los eventos climáticos extremos derivados del calentamiento global.
Reposición y aumento de los recursos financieros para la adaptación. Fondos necesarios para ayudar a los países en vías de desarrollo a adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos.
Tomar medidas sobre las emisiones de metano.
Compromisos nacionales de Reducción. Revisar y actualizar los compromisos nacionales (NDCs) para asegurar que están alineados con los objetivos globales del acuerdo de París.
Dos palabras: Combustibles Fósiles
Durante esta semana y la anterior, la COP se celebró en Dubái, Emiratos Árabes, símbolo de derroche descontrolado de riqueza derivada del consumo esencial de combustibles fósiles, principales emisores de gases de efecto invernadero, causa primordial del calentamiento global. Dicho fantasma ha sobrevolado toda la cumbre de principio a fin (una Expo internacional que muchos activistas han tacho de espectáculo) ya que, desde hace años, aquellos países pertenecientes a la OPEP (los principales productores de petróleo y gas) han intentado evitar la mención directa de “combustibles fósiles” (las palabras mágicas que comentábamos antes que han marcado historia) como causalidad principal del calentamiento global, si os fijáis, siempre, en todas las COP (desde hace casi 30 años), se ha especificado la necesidad de reducir las emisiones de efecto invernadero pero sin mencionar su causa principal: los combustibles fósiles.
Es obvio que los estados petroleros intenten adecuar la transición energética a su idiosincrasia e interés ya que, su modelo económico, su riqueza y estabilidad, depende del petróleo y del gas. Aunque billones de petrodólares hayan financiado, y financian, proyectos en sectores de todo signo y color a través de sus famosos fondos soberanos, transformar su economía basada única y exclusivamente en la producción de combustibles fósiles, tan rentable, influyente y lucrativa, es complicado… Aunque su destino ya estaba profetizado, no por supervivencia y cambio climático, pero si por escasez futura de unos recursos que son finitos. Sheikh Mohammed bin Rashid Al Maktoum, gobernante de Dubái, profetizó: “Mi abuelo andaba en camello, mi padre andaba en camello, yo ando en Mercedes, mi hijo anda de Land Rover, y mi nieto va a andar de Land Rover… pero mi bisnieto andará en camello…"
Por ello, estos países, además de intentar eludir la conexión directa de cambio climático y combustibles fósiles en las resoluciones de las COP, han abogado por una reducción gradual de su uso, pero no su eliminación total, si no en tándem con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono. Es decir, Ok a cero emisiones netas en 2050, pero sin dejar de extraer petróleo y gas del subsuelo. Es importante señalar que las tecnologías de captura son esenciales para la descarbonización y un arma complementaria contra el calentamiento global (súper fan), sobre todo para aquellos procesos industriales donde la descarbonización es más que complicada (cemento, acero, aluminio) y deberán ser utilizadas mientras se eliminan gradualmente el uso de los combustibles fósiles… pero deben ser algo complementario, por estos dos motivos:
Podría ser una distracción peligrosa, ya que, si se pone el foco en la captura, tal vez se desvíe la atención de la sustitución de los combustibles fósiles.
Según la Agencia Internacional de la Energía, en el mejor de los casos en 2030 este sistema no permitirá capturar más del 1% de las emisiones ligadas a los combustibles fósiles a escala mundial.
Es importante concluir esta sección resaltando lo acertado, aunque polémico, que ha resultado (en nuestra humilde opinión) celebrar esta COP en un país petrolero, y el haber conseguido ligar oficialmente los combustibles fósiles como causa del cambio climático. Todos debemos remar en la misma dirección, no hay desconexión posible, no somos islas, tan solo un planeta cada vez menos verde y azul… así que no preguntes por quién doblan las campanas…
¿Qué conclusiones hemos sacado?
Algo ha cambiado en esta cumbre (kind reminder: en la cumbre, reitero, celebrada en el paraíso del petrodólar - Dubái - y presidida por el Sultán al Jaber, que dirige la petrolera nacional emiratí). De los objetivos mencionados al comienzo del texto, se han cumplido todos, así que podríamos decir que ha sido la COP más exitosa desde la de París en 2015… pero lo más importante es la resolución final que dicta, sin vincular legalmente, cómo deben los países afrontar sus planes nacionales…
En una primera propuesta, la presidencia de la COP propuso un texto donde se citaban los combustibles fósiles (un gran hito ya per se) y su necesidad de reducción, pero no su eliminación. Este texto fue muy criticado por una gran mayoría de países lo que llevó a una negociación in extremis y en tiempo de descuento donde finalmente se aprobó (el miércoles de madrugada) una resolución con un texto que aboga por “transitar para dejar atrás” lo combustibles fósiles, aprobado por consenso por los representantes de los casi 200 países reunidos en la cumbre. Un acontecimiento histórico que nos sitúa un pasito más cerca de la Zona de la Esperanza. Las palabras consensuadas en este contexto tienen un gran poder para mover voluntades y, sobre todo, capitales (qué importancia tienen las palabras y los relatos...). El mero hecho de haber reconocido oficialmente, negro sobre blanco, que los combustibles fósiles son los principales culpables del cambio climático y que debemos trabajar para dejarlos atrás tendrá consecuencias inmediatas que afectarán el corto, el medio y el largo plazo a la sociedad, a las empresas, a la inversión, a lo gobiernos.
No me gustaría acabar sin recalcar la importancia de la palabra consenso. Necesitamos ir todos juntos, ya que no solo queremos ir rápido, si no más lejos, nuestra supervivencia, la de todos, está en juego. A veces se nos olvida que vivimos en una pequeña y vulnerable canica azul que flota en la inmensidad de un Universo hermoso y hostil, carente (hasta donde sabemos) de vida, a parte de la que está aquí, delante de nuestras narices, en nosotros… Por favor no lo olvidemos.
FELIZ NAVIDAD A TODOS
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